Deficiencia de boro en el cacao
Uno de los primeros signos de deficiencia de boro es la abundante formación de yemas y la aparición de algunas hojas enrolladas que serán de color verde casi normal. Cuando la deficiencia es leve, es posible que haya una alternancia entre brotaciones de yemas normales y otras con deficiencia de boro. A medida que la deficiencia avanza, las hojas de los brotes nuevos se tornan muy cloróticas, se enrollan y son deformes. La mayoría de las hojas que se forman en condiciones de deficiencia de boro aguda se caen antes de que estas maduren. Las hojas que maduran se tornan frágiles y rugosas; se mantienen de color verde, pero la formación de parches necróticos en los extremos es muy común y este es el síntoma más común de observar. También se produce suberización de las nervaduras en las hojas.
Se puede esperar una floración profusa en las ramas y los tallos principales, y es posible que se hinchen las bases de las flores. Finalmente, las yemas terminales mueren, así como puede ocurrir con los brotes axilares que se desarrollen posteriormente. El hábito de crecimiento se torna cerrado. El tronco y las ramas pueden agrietarse y suelen emitir sabia en forma de sangrado.
El boro es esencial para la formación de flores normales y, en especial, para el desarrollo de las semillas. La viabilidad del polen y el crecimiento de los tubos de polen pueden reducirse por la deficiencia de boro, lo cual produce como resultado partenocarpia y vainas deformes; los haces vasculares de las vainas pueden tornarse marrones y necróticos. Se debe tener cuidado al confirmar las sospechas de deficiencia de boro sobre la base de la deformación de las vainas y eliminar la hipótesis de que la causa sea el insecto Bathycoelia thalassina, que también puede provocar la malformación de la vaina.
La deficiencia de boro se manifiesta más fácilmente en el cacao tipo amazonico que en el tipo amelonado. Esto puede estar relacionado con el crecimiento más rápido y los mayores rendimientos del cacao tipo amazonico que el amelonado, por alimentarse en superficies menos profundas, puede ser más propenso a la deficiencia de boro inducida por la sequía.